sábado, 19 de diciembre de 2009

Los pies de la Duquesa en Volavérunt

Volavérunt (Bigas Luna, 1999) adaptó la interesante novela de Antonio Larreta sobre la muerte repentina y misteriosa de la Duquesa de Alba, aquella que pintó Goya en 1795. Parece ser que durante una cena de gala a la que asistieron personajes ilustres del Madrid borbónico del siglo XVIII, la Duquesa fue envenenada y murió aquella misma noche. La novela, y la película que la adapta, trata de esos hechos así como de las tempestuosas relaciones amorosas del pintor Goya, con Cayetana de Alba y con Pepita Tudó.

Con una magnífica puesta en escena, la película de Bigas Luna sufre del mal de las películas históricas: genera unas expectativas que luego no ofrece y abusa de la grandilocuencia. Tampoco el reparto ayudó mucho porque por mucho que se esforzara en limar su acento cubano, Jorge Perugorría no es el mejor Goya posible, la verdad.

No obstante, rescato una bella escena erótica entre Goya y Cayetana (Aitana Sánchez-Gijón), donde los pies de la dama son objetos de deseo. Aunque es probable que sea históricamente falsa, pudo ser un sublime momento de Dominación por parte de una mujer poderosa hacia el pintor que le hizo uno de los más bellos retratos que se conocen.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Escena D/s en Star Trek

El episodio titulado "Semilla espacial" de la serie de televisión Star Trek (episodio nº 24, 1ª temporada, 1967) está considerado como crucial en la serie. En el aparece el personaje de Khan (Ricardo Montalban) que es uno de los más formidables villanos de Star Trek y dio pie a la película La ira de Khan (1982).

Khan es un superhombre que fue desterrado de la Tierra en el siglo XX y navega en estado de criogenización junto a un buen número de compañeros. La nave Enterprise los encuentra, el capitán Kirk saca a Khan de su letargo y éste, que es ambicioso como todo buen superhombre, decide apoderarse de la nave.

La escena presenta a la Teniente McGivers (Madlyn Rhue) dispuesta a ayudar a Khan y de paso, traicionar a sus compañeros. La Teniente es una historiadora del siglo XX y se ha quedado prendada del magnífico Señor. El diálogo muestra cómo ella se debate entre la lealtad a sus compañeros y la necesidad de agradar y someterse a Khan, de quien se ha enamorado. Khan juega sus cartas de Dominante con maestría.

(Mi agradecimiento a E., mi Amor y mi Dueño, que me ha sugerido la escena y es quien me está iniciando, entre otras muchas cosas maravillosas, en el universo fantástico de Star Trek)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El striptease final de Full Monty

Full Monty (Peter Cattaneo, 1997) fue una celebrada comedia británica que aborda la crisis personal y laboral de un grupo de hombres de una ciudad industrial del Reino Unido. Es una película muy divertida, con un excelente reparto y un argumento de tipo social que nunca resulta tan cargante como las pelis de Ken Loach o ese tostón que es Los lunes al sol.

La escena final resuelve el problema económico de los protagonistas y se llega a ella de manera expectante: un soberbio striptease, totalmente amateur y lleno de gracia y vitalidad. Lo bueno que tiene es que estando desprovisto de toda originalidad (el tema musical de Joe Cocker, el uniforme de poli, los pasos de baile elementales), resulta tan fresco y espontáneo que da gusto verlo una y otra vez.

Un striptease masculino que -si yo fuera Ama- me encantaría me hicieran, la verdad. Vamos, si yo fuera Ama (algo inconcebible) y me hicieran tal regalo, pensaría tantas cosas depravadas para despues...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El clásico striptease interruptus en Gilda

Qué decir de Gilda (Charles Vidor, 1946) que no se haya dicho ya. Cine negro del bueno, pasión destructiva y prototipo de femme fatale, Gilda no es sólo buen cine. También ha traído consigo un puñado de buenas anécdotas cinéfilas, de esas que gusta contar y escuchar. Y, por supuesto, es la obra cumbre de ese animal cinematográfico (con permiso de Ava Gardner) que fue Rita Hayworth.

El striptease que no es tal es una lección magistral de cómo ser descarada y llevar a la perdición a todo hombre que se cruce en el camino. Gilda actúa y canta Put the blame on Mame (Ëchale la culpa a Mame, que parece era una artista francesa de striptease!!). Provoca la lascivia del personal y un monumental cabreo a Johnny Farrell (Glenn Ford), que muerto de celos... abofetea a Gilda (mmm).

Como ya está todo dicho en un sinfin de buenas críticas que hay en toda la web, yo por mi parte les ofrezco la letra de la canción (de Doris Fisher y Alan Roberts), por si se animan.

When they had the earthquake - in San Francisco-back in 19`6
They said that old mother nature -
was up to her old tricks.
That's the story that went around,
but here's the real lowdown-
Put the blame on mame boys,
put the blame on mame
One night she started to - shim and shake-
that brought on the `Frisco quake
So you can, Put the blame on mame boys,
put the blame on mame.
They once had a shootin' -
up in the Klondike when they got Dan McGrew
Folks were puttin' the blame on -
the lady known as Lew
that's the story that went around,
but here's the real lowdown-
Put the blame on mame boys,
put the blame on mame
Mame did a dance called the Hichy-koo,
that's the thing that slew McGrew
So you can, Put the blame on mame boys




viernes, 27 de noviembre de 2009

Tarta y striptease en Alerta máxima


Alerta máxima (Andrew Davis, 1992) es una peli de tiros y testosterona. Entretenida pero no apta para paladares exquisitos, cuenta la típica historia de antihéroe (Steven Seagal, el machote) alejado del mundanal ruido que debe enfrentarse con los terroristas, porque no hay nadie que lo haga. Todo sucede en un barco de la Marina estadounidense y, como se dice en mi pueblo, muere hasta el Piyayo.

Casi al principio de la peli está la breve escena de striptease. Su protagonista es Erika Eleniak, que tuvo su momento en aquella serie tan inenarrable que fue Los vigilantes de la playa. Aquí, en Alerta máxima, hace de chica playboy destinada a adornar el cumpleaños del capitán del barco. La escena es un clásico: striptease saliendo de la tarta. Una bonita fantasía que me hacía ilusión postear. Les dejo el enlace al vídeo.

Erika Eleniak saliendo de la tarta

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Striptease con final abrupto en Femme Fatale

Femme Fatale (Brian de Palma, 2002) es, como la gran mayoría de las películas de su director, amada y odiada a partes iguales. Lo cual me parece soberbio, ya que considero preferible la disparidad de gustos artísticos y la creación de debate sobre la uniformidad de criterios. Un homenaje al arquetipo de mujer fatal, la película cuenta las aventuras de una ladrona manipuladora y sensual y, como es habitual en el cine de Brian de Palma, los homenajes a Alfred Hitchcock y el manierismo formal son marca de la casa.

La escena presenta un striptease de Laura (Rebeca Romijn Stamos) y plantea la interesante característica de contar con dos mirones. Aunque no hay mucha ropa que quitar, la bailarina juega con el mobiliario (la maquina de discos, la mesa de billar), juega con el mirón número 1, sabe que el mirón número 2 (Antonio Banderas) la mira, juega con el sujetador... y dado que no hace grandes alardes de danza, creo que esta al alcance de cualquiera. El super-cuerpo es lo de menos.

El final de la escena, sin contarlo, es curioso y divertido. No tanto para Antonio Banderas.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Escena con pretensiones en Striptease

Striptease (Andrew Bergman, 1996) pudo ser la apología de la danza sexy y lujuriosa y se quedó, como suele pasar en las películas con elevadas pretensiones, en un truño colosal. Y es una pena porque Demi Moore se lo curró a fondo: se machacó el cuerpo en el gimnasio y lució más sensual que nunca (luego hizo La teniente O´Neill como para despistar). El argumento daba pena: una madre en paro que lucha por la custodia de su hija y que se hace bailarina de striptease en un tugurio, etc, etc.

Pero como digo, Demi Moore echó el resto. La escena, con un tema de Annie Lennox, es otro poledance, con dos detalles que me gustan especialmente: la ropa masculina, que es tremendamente morbosa y, especialmente, el uso de la corbata, que da mucho juego.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Striptease surrealista en Barbarella

Barbarella (Roger Vadim, 1967) adaptó al cine el personaje de cómic creado por Jean-Claude Forest. La lástima es que lo hizo un director con muy poca gracia y resulta una historia de ciencia-ficción que tira a cutre y pasadilla de rosca. No obstante, tiene su lugar en la Historia, porque hizo de Jane Fonda el mito erótico que encarnaba la psicodelia y el surrealismo de la década de los 60.

Los títulos de crédito de la película cuentan con el striptease más alucinante que yo sepa: Barbarella (Jane Fonda) se quita el traje de astronauta (!!!) mientras flota en su nave. Un striptease en gravedad cero que se presta a contorsiones imposibles y excitantes. Surrealista, divertido, imposible.

martes, 17 de noviembre de 2009

Pole dance en Showgirls

Showgirls (Paul Verhoeven, 1995) tiene el dudoso honor de ser considerada por la crítica como una de las peores películas de la Historia. Pero tiene, sin embargo, un numeroso grupo de fans entre los que yo SIIII me encuentro. Me encanta esta peli tan horterilla, lo tiene todo: bailes imposibles, diálogos de risa, Las Vegas -mas hortera, imposible-, Gina Gershon que es tan zorrona siempre, Kyle MacLachlan con su careto de nene bueno y morbosete y sobre todo a Elizabeth Berkley que entiendo sea protagonista de miles de sueños húmedos porque está para comérsela.

Además, el argumento sobre cómo trepar en la vida sin morir en el intento, es la mar de jugoso. Y además, es una peli sin pretensiones. El bueno de Paul Verhoeven iba a lo que iba: sexo, solo sexo y dejémosnos de metafísicas baratas. En fin, que soy una gran abanderada de este pequeño engendro y me desato defendiéndola -por lo cual espero sean benevolentes-.


La escena de striptease que he seleccionado me gusta muchísimo: es un Pole Dance, donde la stripper baila en torno a una barra. Dificilillo, claro, pero no imposible si se le echa imaginación y mucho pundonor. Aquí, Nomi Malone (Elizabeth Berkley) calienta al personal del Cheetah Club, un local de quinta categoría, y espera al cazatalentos que le de su gran oportunidad.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Striptease casero en Lucía y el sexo


La película Lucía y el sexo (Julio Medem, 2001) es un drama erótico que tiene una legión de seguidores -entre quienes no me encuentro- y que supuso un verdadero tour de force para su protagonista, Paz Vega. La relación sexo-sentimental entre Lucía y Lorenzo (Tristán Ulloa) y las consecuencias que las acciones de cada uno tiene para otras vidas son el hilo argumental, dentro de una historia de búsqueda de identidades y patafísicas del estilo. En fin, yo la soporto bien poco, pero...

... algunos momentos tienen estilo. La escena del striptease de Lucía, tan casera, tan sencillota y de andar por casa, me gusta. Es que cuadra poco con el manierismo del resto de la película. En fin. Con el fondo musical de Yo marco el minuto, de La Mala Rodríguez, Paz Vega luce cuerpo y se contonea con salero sevillano. Minifalda de abertura lateral y el toque de las botas, y, sobre todo, mucho desparpajo.

Striptease Lucía y el sexo

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cursillo de striptease (2): Nueve semanas y media

Un comentario de mi querida maiKO{RJ} al post anterior me ha dado la idea de hacer una serie de entradas dedicadas a escenas de striptease. Como juego erótico en el marco D/s creo que tiene su papel: la seducción a través de baile y la musica, el complacer al Amo a través de sentidos que no son el tacto, el esfuerzo que implica una escena de ese tipo... En fin, espero que les vayan gustando y les sean de utilidad llegado el caso.

Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986) es como sabrán, una de las películas que aborda una relación D/s como argumento principal. En mi opinión, es una floja adaptación de la novela de Elizabeth McNeill, pero es lo que le pasa siempre a ese director tan vacío que es Adrian Lyne. Desperdicia el buen material y se queda en la estética artificiosa, sin tocar los abismos. Pero otro día seguiré ensañándome, que hoy no toca.

La escena del striptease es sobradamente conocida. Kim Basinger es tan bella que sólo verla ya es un placer. Si le añadimos la elegancia de la escena -eso si se lo concedo al señor Lyne-, el striptease merece un buen lugar en el ranking: rock convenientemente sensual -el Joe Cocker aguardentoso es éxito seguro-; ropa feneminamente masculina; la seda blanca que acaricia y despierta los sentidos, y sobre todo, el uso de la luz tamizada, que sugiere placeres y difumina defectos.

martes, 10 de noviembre de 2009

Escena (con lectura D/s) de Mentiras arriesgadas

Mentiras arriesgadas (1994) es una cinta de acción del siempre espectacular James Cameron. No pasará a la Historia del Cine pero es de esas que entretienen una tarde tonta. Cuenta una historia de espías y terroristas, con el inefable Arnold Schwarzeneger a la cabeza e incluye escenas apabullantes como una con un Harrier, que dio mucho que hablar en su día.

Junto al argumento de acción se mezcla la relación entre nuestro Chuarche con su esposa Helen (una genial Jamie Lee Curtis). Ella descubre que su marido no es el tipo aburrido que creía y se mete en secreto a ayudarle en la misión. La escena cuenta cómo Helen ha tramado un plan para noquear al malo, sin saber que es su marido el que se hace pasar por malo.

La peli no tiene nada D/s pero, ¿por qué no hacer una lectura D/s de la escena? A mi me resulta divertido: Chuarche es ese Amo misterioso en penumbra, al que no vemos la cara y que da órdenes secas, escuetas pero arg, deliciosas. La gran payasa de Jamie Lee Curtis es la sumisa novata y requeteobediente. Le pone empeño al striptease pero, ay, las amas de casa tienen/tenemos tan poca práctica...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Polis sumisos en Instinto básico

Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992) es un thriller mítico de los 90 y está igualmente considerada como una de las mejores películas eróticas. Supuso el salto a la fama de Sharon Stone de manera merecidísima, puesto que su personaje de Catherine Tramell es un icono de los 90 y un vigoroso papel de mujer fatal.

Aunque las escenas de sexo tienen toques D/s -ese pañuelo Hermès tan puñetero-, en mi opinión, la mejor de todas, aquella donde Catherine Tramell florece como auténtica Dómina, es la famosísima del interrogatorio. Cinco polis intrépidos intentan acosar a preguntas a la mujer. Una escena perfecta: la luz azulada, la mujer enfrente serena como su vestido blanco, los cinco policías inquietos, acusadores sumisos.

El rol de Dómina que juega Caherine se presenta desde el principio: cuando saca un cigarrillo y ante la reconvención de los polis, ella dice ¿Y qué van a hacer, detenerme?. Dicho rol lo va desplegando a lo largo de toda la escena, pasando de interrogada a interrogadora. El cruce de piernas y los sudores de los policías revelan la incapacidad de los pobres diablos a sustraerse de sus instintos. Sencillamente glorioso.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Voyeur reprimido en Peppermint frappé

Peppermint frappé (1967) es una de las películas emblemáticas de Carlos Saura de la década de los 60 y primeros 70. Provista de una fuerte simbología y altas dosis surrealistas -incluido homenaje a Calanda y Luis Buñuel- la película retrata la represión sexual y erótica de los españoles de la dictadura.

Julián (Jose Luis Lopez Vázquez) obsesionado con la extranjera desinhibida, Elena (Geraldine Chaplin), esposa de su amigo Pablo (Alfredo Mayo). Los deseos reprimidos, el erotismo sepultado bajo la mirada obsesiva tras la cámara, la imagen de la mujer deseada copiada en otra más dócil y más manejable, Ana (de nuevo, Geraldine Chaplin).

Es mi pequeño homenaje a Jose Luis López Vázquez, capaz de lo peor y de lo mejor en el cine, enormemente versátil, popular por sus personajes de "perseguidor de suecas" pero dotado de un genial talento dramático. Para mi, uno de los grandes actores de nuestro país.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Orgía en Conan el Bárbaro

La película emblemática de John Milius y Arnold Schwarzenegger, Conan el Bárbaro (1982) cuenta el duro camino de venganza del guerrero cimmerio Conan, cuya familia fue exterminada y él mismo vivió largos años de esclavitud. Película de corte fantástico, adaptación del personaje de cómic creado por Robert E. Howard, supone un hito en el género de héroes y aventuras. Asimismo, cuenta con una banda sonora muy aclamada, compuesta por Basil Poledouris.

La escena, del tramo final de la película, presenta a Conan y su fiel Valeria (Sandalh Bergman) preparando el ataque definitivo a los malos. El centro de la secuencia está en el personaje de Thulsa Doom (el gran James Earl Jones), un hechicero rematadamente perverso, que preside la orgía que se celebra en su palacio/caverna. Y asimismo, a sus pies, la princesa secuestrada, mostrada como un trofeo.

La orgía es la monda, muchos ahhh, ahhhh y poca chicha, pero lo que la trae a este lugar son los elementos que la adornan: mozos con capuchas, chicas encadenadas... ya sabemos que los malos gozan mucho con el arsenal fetichista y bedesemero. Así les va.

(La escena no tiene buena calidad, asi que dejo tambien el enlace de la escena completa, que no se puede colgar aquí.)

Cavernas de Thulsa Doom

domingo, 25 de octubre de 2009

Fiesta fetish en The Matrix Revolutions

La última película de la saga Matrix (Larry y Andy Wachowski, 2003) presentaba por fin el desenlace de una historia -terriblemente enrevesada- sobre ordenadores que controlan al ser humano. Si la primera era medianamente comprensible, a los directores se les fue un poquito la olla en las segunda y tercera entrega y la enredaron de forma casi obscena.

En la escena, Morfeo (Laurence Fishburne) y compañía entran, como ellos saben hacerlo, en un local, a la búsqueda de Merovingio (Lambert Wilson), el malvado virus informático. Hay una conversación/ monólogo de Merovingio sobre asuntos metafísicos, pero eso no es lo que nos importa. Lo interesante es el ambiente de la fiesta que la peña tiene montada en el local: cuero y látex, modelitos elegantísimos, bozales, collares... una mazmorra verdaderamente cool.

Y sobre todo, Persephone (Mónica Belluci), ceñidísima en cuero rojo, que no abre el pico pero que casi se nos muere de gusto ante tanta testosterona armada.

Como siempre, la pega a la escena: presentar el ambiente BDSM como propio de los malos de la película, qué cruz.

domingo, 18 de octubre de 2009

Esclavas de Jabba en El retorno del Jedi

En la primera parte de El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983) están las celebradas escenas que transcurren en el palacio de Jabba the Hutt. Allí, en su corte depravada, el reyezuelo disfruta de todo tipo de placeres, especialmente los que les proporcionan sus esclavas. Y allí llegan también Leia, Luke y toda la pandilla, para rescatar a Han Solo, que congelado en carbonita, es el principal ornamento del palacio.

En el montaje de escenas que se inserta, la desgraciada esclava Oola sufre el castigo de Jabba. Ha bailado tan bien que le ha despertado el apetito sexual, pero Oola no está hoy por la labor y acaba entre las fauces del Rancor. No hay problema, Jabba encuentra sustituta en Leia.

La imagen de Leia vestida con el bikini dorado y con el collar al cuello es imborrable. El contraste entre ella y el repugnante Jabba, regocijante. Y la muerte de Jabba, ahorcado con la cadena de la esclava, mítica.

domingo, 11 de octubre de 2009

Escena de La esclava libre

La esclava libre (Band of Angels, Raoul Walsh, 1957) es un formidable melodrama que quiso seguir la estela de Lo que el viento se llevó. No tuvo tanto éxito ni tan buenas críticas pero es una película muy digna de un magnífico director. Además, los protagonistas son Clark Gable -en un papel similar al de Rhett Butler- y la bellísima Yvonne de Carlo.

La historia es maravillosa: una hermosa y rica joven, Amantha (Yvonne de Carlo) descubre, al morir su padre, que su madre fue una esclava negra. La despojan de sus tierras y es vendida en un mercado de esclavos -glups-. Allí el apuesto Hamish (Clark Gable) la compra y ya se pueden imaginar el resto.

Erotismo de los grandes estudios, tremendas caídas de ojos de la De Carlo, la siempre perfecta sonrisa socarrona de Gable, buen rollo antiracista, vestuarios y fotografías de lujo... y por supuesto, la escena de la subasta. Creo que merece verse.

Nota: la única escena que encontré está creo que en árabe, no se entiende nada pero creo que permite hacerse una idea de la película.

martes, 6 de octubre de 2009

Mazmorra peligrosa en Corazón de medianoche

Corazón de medianoche (Heart of midnight, Matthew Chapman, 1989) es una película muy desconocida de los ochenta que merece la pena rescatar. Yo la vi en cine y me dejó pelín impresionada. Cuenta las tribulaciones de una joven algo desequilibrada que hereda un club nocturno de su tío. Instalada allí, la chica empieza a recordar hechos del pasado, de su extraña relación con el tito y a descubrir secretos de esos inconfesables que nos gustan tanto en las películas. Resumiendo: que el club de marras era una mazmorra donde se practicaba sexo peligroso y bedesemero.

La chica es nada menos que la morbosilla Jennifer Jason Leigh. El vídeo contiene varias escenas de la película y aunque no tiene buena calidad puede dar una idea de cómo es. Jennifer deliciosamente escayolada huyendo de tipos malos y especialmente, Jennifer deliciosamente escayolada y vestida de cuero.

La pega, la de siempre, yo vi la peli en mis candorosos veinte años y pensé que mazmorra era sinónimo de cosas chungas. Me costó mucho salir del trauma. Pero como ustedes son mayorcitos y saben de qué va el rollo, seguro que si pillan la película la disfrutan un montón, porque es ochentera, delirante y entretenida.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Amor/sumisión verdaderos en La princesa prometida

El maravilloso cuento de hadas que es La princesa prometida (Rob Reiner, 1987) narra el amor verdadero entre Buttercup y Westley y cómo habrán de sortear incontables obstáculos (piratas, asesinos, pantanos, príncipes llenos de maldad) para que su amor llegue a un final feliz. No es, como sabrán, una película babosa sino que está llena de humor, diálogos antológicos y personajes "inconcebibles".

La escena corresponde al principio. El abuelo (Peter Falk) cuenta al nieto enfermito el principio de la historia. Buttercup (Robin Wright) tiene a Westley (Cary Elwes) como criado y le da órdenes sin parar. Él las acata siempre con una sonrisa. Hasta que..."aquel día descubrió que cuando él decía Cómo desees en realidad significaba Te amo."

La sumisión verdadera y feliz desemboca en el amor verdadero. ¿No es realmente romántico?

lunes, 28 de septiembre de 2009

Coreografía con toques de Dominación en Cantando bajo la lluvia

Incluso en películas tan blancas como Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, 1952) se pueden encontrar toques D/s verdaderamente deliciosos (eso, o que estoy obsesionada y veo donde no hay, y si ese es el caso, espero sean benévolos conmigo). La historia es conocida: un título grandioso de la época dorada del musical, una historia de cine dentro del cine, que cuenta el final de las películas mudas, coreografías magistrales de Gene Kelly y la sensación de que podrías estar viendo esa peli por los siglos de los siglos y nunca te cansarías de ella.

La escena es un sueño de Don (Gene Kelly). Baila en solitario hasta que se topa con un zapato, un pie, una fabulosa pierna que acaba en el tremendo cuerpo de la Bailarina (Cyd Charisse).Él atrapa su sombrero del pie de ella y ella comienza a dirigir los pasos de baile. Se desarrolla entonces una danza de poder entre ambos: ella le guía, luego le guía él, es una coreografía maravillosa y llena de simbolismo.

martes, 22 de septiembre de 2009

Esposa sumisa en Marnie la ladrona

En Marnie la ladrona (Alfred Hitchcock, 1964) se desarrolla una compleja trama de frustraciones sexuales y problemas de autoestima de esos que tanto gustaban al Maestro Hitchcock. Marnie (Tippi Hedren) va de un lado a otro cambiando de identidad; en cada trabajo que ocupa seduce a su jefe para luego robarle... hasta que es descubierta por Mark (Sean Connery).

En la escena, Mark y Marnie están de luna de miel. Ella ya sabemos que es frígida perdida -por múltiples traumas de su infancia- y él, que es absolutamente malvado, no está dispuesto a quedarse con la miel en los labios. Un gesto brusco que la desnuda, disculpas a continuación... a ver si no es tan malo como aparentaba. Pues no, la mirada sádica de Mark, que se acerca a su esposa inexpresiva, nos dice todo acerca de sus aviesas intenciones.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Seducción del Macho, en Dirty Dancing

La película musical Dirty Dancing (Emile Ardolino, 1987) es un hito de los ochenta. Con una argumento simple hasta decir basta y diálogos de lo más tontorrón, está sin embargo, para mi, llena de encanto. Realizada en tiempos malos para el musical, esta película contiene memorables escenas de baile, un repertorio maravilloso de canciones de los 50 y qué demonios, a muchos nos ha dejado imágenes imborrables. Un hito, vaya.

La escena, casi del principio, presenta a la jovencita Baby (Jennifer Grey) naciendo para la vida y el pecado. En la zona de los trabajadores del lujoso hotel donde se aloja hay fiesta, bailes sudorosos, huele a sexo. Baby es un inocente corderillo hasta que llega Él, Johhny (Patrick Swayze), y comienza a bailar. Es el Amo, el Dios del baile.

(Sirva este post como homenaje al bendito Patrick Swayze)

martes, 15 de septiembre de 2009

Una escena de El sentido de la vida

El sentido de la vida (Terry Jones y Terry Gillian, 1983) es una de las estupendas películas de los Monthy Python, llena de humor irreverente y bueno para la salud. Con un montaje a base de sketches, la película aborda preguntas de enjundia del tipo Quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, aliñadas con temas musicales y las memorables interpretaciones a varias bandas de los Monthy Python.

El sketch del matrimonio protestante presenta al marido típicamente Dominante (Michael Palin) de la Inglaterra victoriana y a su aborregadilla esposa (Eric Idle). Él es el patriarca seguro de si mismo y ella, pobre, no sabe de la misa la mitad. Pero una lucecilla se enciende en su alma cuando el esposo mandón enumera las virtudes de los preservativos "que hacen cosquillas, que rascan, que muerden..." Qué gran masoquista ha perdido el mundo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Una escena de Todo es mentira

Todo es mentira (Álvaro Fernández Armero, 1994) es una estupenda comedia sobre relaciones de pareja, que tiene una fiel legión de admiradores. Narra los difíciles comienzos de la relación amorosa entre Pablo (Coque Malla) y Lucía (Penélope Cruz) y a la vez, las también complicadas relaciones de pareja de sus amigos.

En la siguiente escena, Lucía y Pablo desayunan con toda la naturalidad del mundo. Es la escena más vainilla del mundo entre dos enamorados que están aprendiendo a convivir y que se encuentran con jodidos inconvenientes que lo estropean todo. Lucía es una gran manipuladora y tiende a dominar la relación de manera sibilina. Pablo es de genio vivo, pero también capaz de ceder territorio por amor. La lectura D/s de la escena creo que puede ser viable: Lucía mordiendo la manzana y suspirando por zumo de naranja y silencio. Pablo refunfuñando, pero obedeciendo los deseos de su amada.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Fetichismo en Crash

Me refiero a Crash de 1996, dirigida por David Cronenberg -director que tenemos abonado a este blog-. Con nuestro morbosete preferido -y también abonado- James Spader. Se trata de una adaptación de la extraña novela de James G. Ballard sobre gente fascinada por los accidentes de coches y las heridas, traumatismos y cicatrices que éstos producen. No sólo fascinada. Gente a la que erotiza el olor a quemado, el dolor y los hierros retorcidos sobre la carne.

En la escena, James (James Spader) y Gabrielle (Rosanna Arquette) se calientan mientras prueban un lujoso descapotable. Ella, con su cuerpo roto, juega a seducir a dos bandas. El pobre vendedor no da crédito y quizás tampoco muchos espectadores. La película cuenta con la misma cantidad de detractores como de fans, por su frialdad y la terrible descripción de los comportamientos que hace: mezclar sexo con accidentes de tráfico es un ejercicio perverso.

lunes, 31 de agosto de 2009

A los pies del Amo en Barridos por la marea

Barridos por la marea (Guy Ritchie, 2002) es una de las películas más vapuleadas por la crítica en toda la Historia del cine, y, por eso, en este mundo donde reina el gafapastismo, para mi merece toda consideración. Lógicamente todo el menosprecio viene por Madonna, que la protagoniza (si tu marido es el director, lógico protagonizarla), pero aquí no nos metemos en crítica capciosa.

En la historia, Amber (Madonna) es una rica insoportable que va de crucero y hace la vida imposible al capitán del barco, Giuseppe (Adriano Giannini). Los dos naufragan y se quedan tirados en la típica isla desierta y allí, como es natural, surge el amor y etc.

Pero lo interesante -y genuinamente D/s- es el cambio de rol que se produce en la isla, cuando Amber se transforma en una mujer sumisa y enamorada del único macho que hay en cien kilómetros a la redonda: Él, hacia quien solo queda postrarse. La escena es incomparable, a mi me encanta.

jueves, 27 de agosto de 2009

Juego entre colegas en Historias del Kronen

En Historias del Kronen (Montxo Armendáriz, 1995) se adaptó la aclamada novela de José Ángel Mañas sobre adolescentes malotes y altamente pijos que pasan un verano descontrolado. Ya saben: sexo sin amor, drogas variadas y juegos suicidas muy requetemalos. La película fue vapuleada por la crítica por panfletaria aunque dió la oportunidad a un grupo de actores jóvenes entre los que destacó Juan Diego Botto.

No encuentro la escena de corte sumiso de la película, pero transcribo aquí el diálogo. Es del final y presenta a Carlos (Juan Diego Botto) liderando a su pandilla: es el cumpleaños de Fierro (Aitor Merino), el amigo diabético y más pusilánime. Deciden atarle y hacerle beber alcohol. Fierro se deja hacer, siempre ha sido el amigo más sumiso de la pandilla.

Dice Carlos: ¿Qué coño puede servirnos como cuerda? Ya está, el cordoncito de los visillos. Venga, muchachos. ¿Habéis encontrado el embudo? Pues ya tenemos todo lo que necesitamos. Vamos abajo. Ahí está Fierro. ¿Qué tal, Fierro? Oye, que es tu cumpleaños y hemos pensado que tienes que pasártelo bien. Vamos a hacer algo que te va a encantar. Sí, te vamos a atar. Eso es, ríe, ríe. Ja, ja, ja, ja, ja. ¿Véis cómo se ríe? Venga, sujetadle y traed una silla. Eso es, continúa riéndote, Fierro, que te vamos a atar. Así. Primero las manos, luego los pies y te atamos bien a la sillita para que no te puedas mover...

La escena que inserto es una de las más conocidas, con Aitor Merino y un joven Eduardo Noriega en plan gamberro.

jueves, 20 de agosto de 2009

Una escena de Casino

De nuevo con Martin Scorsese, aquí en la magistral Casino (1995), una tremenda película sobre la mafia de Las Vegas que cuenta el auge y caída de un mafiosillo de tres al cuarto lleno de ambiciones, "Ace" Rothstein (Robert De Niro). A su alrededor un brillante escenario -Las Vegas, ya saben- y personajes excesivos.

Entre ellos destacan Ginger (Sharon Stone), cocainómana y sufrida esposa del mafioso y Nicky (Joe Pesci), su mano derecha. En la escena, Ginger acude a Nicky para pedirle consuelo. Es que su vida es un verdadero asco -tantos millones, tanta coca, tanta soledad-. Nicky, que ya sabemos cómo las gasta -un auténtido psicópata, de los que Scorsese tanto mima-, escucha y consuela a la chica y parece que hasta podría asomar un viso de ternura.

La escena siempre me resultó muy turbadora. Del consuelo a los besos tiernos y de ahí, al gesto de la mano sobre la nuca... Ella, absolutamente dócil, parece que estaba pidiéndolo a gritos, no se.

viernes, 31 de julio de 2009

Bondage en Afterhours

Afterhours (Jo, que noche, 1985), es una comedia de Martin Scorsese que tiene un puesto de honor en su filmografía. Narra la aventura nocturna de Paul (Griffin Dunne), un tipo gris, por el peculiar submundo de Nueva York, lleno de gente rara y lugares peligrosos.

En la escena, Paul ha llegado a casa de Kiki (Linda Fiorentino), una escultora que ha conocido al principio de la noche. La encuentra atada y piensa que ha sido víctima de un robo, pero... la atadura es tan bonita y elaborada. Cuando aparece en escena Horst (Bill Patton), bien adornado de correajes y cueros, ya todo empieza a cuadrar...

miércoles, 29 de julio de 2009

Mis sumisas favoritas: Jane Eyre

Jane Eyre (Robert Stevenson, 1944) es una maravillosa adaptación al cine de la novela de Charlotte Brönte, un clásico del romanticismo victoriano y una historia de amor arrebatado. Ella, Jane Eyre, es una institutriz salida de un orfanato, donde ha aprendido disciplina y humildad. Él, el Señor de Rochester, es dueño de un pasado oscuro y tormentoso, que le agría el carácter y le hace parecer cínico y malévolo sin serlo en realidad.

Jane Eyre es. asimismo, uno de los personajes femeninos más sólidos de la literatura: encarna a una mujer fuerte, decidida, apasionada, serena, dulce y llena de dignidad.


La magnífica escena que sigue es la primera en la que Jane (Joan Fontaine) y Rochester (Orson Welles) muestran al espectador el profundo vínculo entre ambos. Ella sale huyendo de la sala, deprimida por los celos- su rival, Blanche, está de visita- y él la interroga intuyendo lo que le ocurre. Llega entonces un misterioso visitante, que trae malas noticias del pasado y Rochester, lleno de temor, hace unas preguntas a Jane. Y es ahí donde encontramos la absoluta entrega de la joven: ella nunca le dejará y siempre le será fiel, pase lo que pase, aunque el resto de sus amigos le odien y le abandonen.


martes, 28 de julio de 2009

Amas profesionales en Servicios muy personales

Terry Jones, miembro de los Monthy Phyton, es el director de Servicios muy personales (1987), película que recrea un escándalo sexual de los años 80 en Gran Bretaña. Cynthia Payne, dueña de un prostíbulo, fue condenada a varios meses de cárcel y aquello llevó a primer plano la situación de distinguidos hombres de negocios, que disfrutaban clandestinamente de sus fantasías sexuales. En su casa, Cynthia Payne, ofrecía servicios muy personales y exclusivos, en una época marcada por la moral conservadora thatcherista, que no tragaba con ciertos gustos.

Las escenas que aparecen en el video muestran algunas de las actividades ofrecidas por Madame Payne (Julie Walters, en la película), servicios de Dominación y fantasías fetichistas altamente cutres y ridículas. Y es que la película es una comedia mordaz, donde predomina la crítica hacia las actitudes bienpensantes e hipócritas.

viernes, 24 de julio de 2009

Enfermera sádica en Nunca digas nunca jamás

Dentro del ciclo de James Bond, Nunca digas nunca jamás (Irvin Kershner, 1986) pasará a la historia por dos cosas: fue la última vez que Sean Connery hizo de 007, harto ya del encasillamiento; y sale Kim Bassinger como chica Bond, en una etapa de plenitud sexual magnífica.

Pero la escena de la enfermera tiene como protagonista a la mala de la película, una tremenda Bárbara Carrera como Fátima Blasch, que tiene la afición de hacer sufrir eróticamente a sus víctimas. Aquí, un pobrecito enfermo (Gavan O´Herlihy como Jack Petachi).

miércoles, 22 de julio de 2009

Una escena de 2 días en el valle

2 días en el valle (John Herzfeld, 1996) es una película que no tuvo el éxito esperado y sin embargo es muy, muy entretenida. Historia de cine negro, con varias tramas cruzadas, toques de humor y un reparto bastante solvente, la película supuso además el debut de Charlize Theron.

La escena es una de las pocas donde ella aparece, pero como verán, es memorable. Lee (James Spader) es un asesino a sueldo, de esos fríos y despiadados, y Helga (Charlize Theron), su amante. Tienen entre los dos el rollito típico de desconfianza, y entre tontería y tontería, acaban en lo que realmente importa. Traigo la escena porque, sin ser específicamente D/s, el bueno de James Spader actua como macho sibilino y Dominante y ella, muy sabiamente, se deja hacer.

lunes, 13 de julio de 2009

Dominatrix brutal en Payback

Payback (Brian Helgeland, 1991) es una muy aceptable y entretenida película de acción, con una trama de venganza llevada al extremo. La de un atracador, Porter (Mel Gibson) traicionado por su mujer y su mejor amigo, que lleva a cabo su plan de manera fría, metódica e implacable.

Uno de los personajes secundarios -pero con peso importante en la trama- es el de la Dominatrix Pearl (Lucy Liu). En la escena, Pearl se convierte en el instrumento de Porter contra su enemigo. Una Dómina brutal que golpea a su amante, Val (Gregg Henry) porque ¿quién mejor que ella para dar caña?

Una escena pelín esperpéntica, con Dómina buenorra -y oriental, que da más sadomorbo-, pero que hay que tomársela como lo que es: cine de entretenimiento que no da mucho que pensar.

jueves, 9 de julio de 2009

Jonathan poseído en Drácula de Bram Stoker

En la siguiente escena de Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1991), amablemente sugerida por Dillinger is dead, el protagonista es Jonathan Harker como hombre sumiso. Una sumisión alejada del tópico, donde el hombre es objeto sexual, objeto de placer y también de dolor.

Jonathan en un lecho, en el castillo del Conde, y tres vampiras (Monica Bellucci entre ellas), tres novias de Drácula, que surgen a su alrededor. Los besos y los mordiscos se confunden y Jonathan seguramente nunca se las vio igual. Incapaz de resistirse, ni de tomar decisiones, el joven casi se nos desangra alegremente. Un juguete para las tres Damas o más bien un tierno aperitivo. Veánlo en la escena, a partir del minuto 3:00.

lunes, 6 de julio de 2009

Modelando a la mujer perfecta, en Vértigo

Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958) es una película plena de referentes sexuales y fetichistas. Narra, como es sabido, una historia de obsesiones con un detective privado, Scottie (James Stewart) que busca a la mujer perdida.

La escena, ya casi al final de la película, muestra cómo Scottie ha logrado revivir a la fallecida Madeleine: por la puerta asoma Judy (Kim Novak), antes morena y un poco vulgar, ahora transformada en una mujer rubia y elegante, idéntica a Madeleine. Es una escena magistral, terriblemente romántica y a la vez, en mi opinión, llena de contenido D/s: Scottie como artífice de la creación de la nueva mujer, hecha a imagen de la que ha perdido, una mujer que se acerca a la perfección. Ella, Judy convertida en Madeleine, renacida y feliz.

jueves, 2 de julio de 2009

Ponyplay en La matriarca

La matriarca (Pascuale Festa Campanille, 1968) es una película de serie B que narra el despertar erótico de una joven viuda. No la he visto pero la siguiente escena -parece que del final de la película- me ha parecido deliciosa y por eso la posteo aquí.

En ella, el doctor Carlo (Jean-Louis Trintignant) pasea a Mimi (Catherine Spaak) por toda la casa como un bello ponyboy. Me encanta esa forma de ejercer la Dominación/sumisión, fuera de tópicos, con humor y muchísimo encanto. Espero que les guste.

lunes, 29 de junio de 2009

Sumiso a la carta en Belle de Jour

En su labor como prostituta, Belle de Jour (Catherine Deneuve) se encuentra en la siguiente escena con un trabajo para el que no está preparada. Madame Anäis (Geneviève Page) la llama para que atienda a uno de sus clientes asiduos.

El cliente (Claude Cerval) es todo un sumiso a la carta y la inexperta Belle de Jour es incapaz de satisfacerle. La escena tiene un delicioso sentido del humor. Madame Anäis recomienda a Belle de Jour que observe tras la habitación contigua y aprenda de Charlotte (Françoise Fabian), mucho más experta en sus labores de Dominatrix.

En la escena, asimismo, vemos cómo el cliente-sumiso lleva las riendas del juego e incluso dicta cómo debe ser la sesión. Y es que el cliente debe llevar siempre la razón.

jueves, 25 de junio de 2009

Fantasías masoquistas de Belle de Jour

Aún no había posteado nada sobre Belle de Jour y creo que ya va siendo hora. La película de Luis Buñuel (1967) es, en mi opinión, una de las que más se acerca a las fantasías sobre masoquismo y sumisión de muchas mujeres. Fantasías que, en el caso de Séverine, parece que se intentan llevar a a realidad -digo parece porque la película, con toques surrealistas, nunca deja claro si todo es real o ficción-.

Séverine es Belle de Jour (Catherine Deneuve) en la casa de citas de Madame Anäis. Cada tarde intenta llevar sus fantasías sexuales a cabo, como prostituta; el resto del día ejerce como elegante dama de la burgesía parisina. Sobre todo el montaje, permanecen los sentimientos de Séverine hacia Pierre (Jean Sorel), su aburrido marido. Creo que son la clave de la película.

En la escena, Séverine sueña. Ser azotada por orden se su marido es una de sus fantasías. Ella le ama.

lunes, 22 de junio de 2009

El haren de Daryl, en Las brujas de Eastwick

Las brujas de Eastwick (George Miller, 1987) fue una comedia con un notable éxito en los ochenta y uno de esos papeles donde el histriónico Jack Nicholson se siente cómodo. Él es Daryl Van Horne, un demonio centrado en dos de los pecados capitales más placenteros: la gula y la lujuria. Invocado una noche de tormenta por tres aburridas y solitarias damas de un aburrido pueblecito, el diablo trastorna por completo la vida del trío de mujeres.

En la escena, las brujas disfrutan de su nueva vida. Su nuevo Dueño las inicia en un mundo de placeres y perversiones donde casi todo es posible. A partir de ese momento, Alex (Cher), Jane (Susan Sarandon) y Sukie (Michelle Pfeiffer) irrumpen en la puritana vida de Eastwick como un vendaval de corrupción.

Película entretenida, tiene sin embargo un final moralista que desmerece. Aunque, haciendo una lectura BDSM del mismo, es también lo propio que ocurre con aquellos amos ineptos que no saben controlar adecuadamente a su harén.

miércoles, 17 de junio de 2009

Juegos de Dominación en Sansón y Dalila

Sansón y Dalila es una gran producción de Cecil B.DeMille de 1949. Adapta un conocido pasaje del Antiguo Testamento, la historia de Sansón, el poderoso israelita y de Dalila, la filistea que le seduce. Israelitas y filisteos como enemigos y una dama encargada de derrotar al mas fuerte.

En la escena, Dalila (Hedy Lamarr) ha iniciado su proceso de seducción. Sansón (Victor Mature) se baña a su lado y ella juega a atarle con juncos. Juegan hacerse prisioneros y ella habla de coronarle y someterle, en broma, con dulzura. Habla de atarle y dominarle para que él no la deje nunca... La conversación junto al estanque es maravillosa.

miércoles, 10 de junio de 2009

Fetichismo en La edad de oro

La segunda película de Luis Buñuel, La edad de oro (1930), es una colosal obra surrealista donde todas las filias y fobias del director tienen cabida. Ocasionó un tremendo escándalo en su época, fue prohibida y logró, por tanto, el propósito del autor: escandalizar a la sociedad europea plácida y bienpensante de entreguerras.

Aunque no hay argumento claro, el amor loco e infeliz es un hilo conductor, como se muestra en la escena de los amantes (Gaston Modot y Lya Lys). Con un sentido del humor genialmente absurdo, los amantes intentan consumar su pasión sin éxito. Llamadas telefónicas inoportunas, visiones tremendas de la vejez, coscorrones, posturas incómodas y una estatua de pies muy atractivos.

La imagen de Lya Lys chupando los dedos del pie de la estatua es quizás una de las más poderosas del cine erótico.

jueves, 4 de junio de 2009

Una esclava en Harem

La película Harem (Arthur Joffé, 1985) no es gran cosa pero el argumento no deja de ser curioso -y para una amante de la D/s, sugerente hasta decir basta-. Un jeque árabe se encapricha de una joven neoyorquina, moderna y enérgica y, dado que posee un harem nutrido y lleno de bellezas, ¿por qué no embellecerlo aún más con una perla de Occidente? Así que la rapta y se la lleva a casita, para poseerla, dominarla y todo lo demás. Suculento, no me digan que no.

En la escena, Diane (Nastassja Kinski, tan guapísima) es adornada y ataviada como esclava para aparecer por primera vez ante su nuevo Dueño y raptor. Selim (Sir Ben Kingsley) se mostrará todo lo elegante, sobrio y contenido que se espera de un caballero. Hay odio por una parte, curiosidad y deseo por la otra... Memorable.

miércoles, 3 de junio de 2009

Otra lucha de poder en La costilla de Adan

Catalogada como la película emblemática sobre la guerra de sexos (detesto esa expresión, pero así la denominan siempre), La costilla de Adan (George Cukor, 1949) es una comedia negra sobre el matrimonio y el rol que ambos, marido y mujer, ocupan en la vida dentro y fuera de casa.

En la escena, Amanda y Adan intercambian una sesión de masajes, intercambian un azote en el culo -con mala uva- e intercambian finalmente una larga sarta de reproches. Cada uno expone sus armas: ella llora, él ironiza y, aunque en tono humorístico, sufren bastante cada uno en su atalaya.

lunes, 1 de junio de 2009

Escena romántica de Los Búfalos de Durham

Los Búfalos de Durham (Ron Shelton, 1988) tiene un personaje protagonista absolutamente maravilloso: Annie (Susan Sarandon). Es una especie de apoyo físico y moral del equipo de beisbol local. Cada temporada, Annie elige al jugador más prometedor del equipo y se convierte en su protectora. Ello implica ser su amante, porque manteniendo satisfecho sexualmente al jugador elegido, éste rendirá más en el equipo. Pero también implica ser su confidente y su guía, le enseñará a desenvolverse y a aspirar como jugador a ser el mejor.

En la siguiente escena, Annie y Crash (Kevin Costner) mantienen un romántico encuentro sexual. A ella siempre le ha gustado atar a sus amantes a la cama, pero aquí es ella la atada, mientras Crash le pinta las uñas de los pies. Terriblemente sugerente.

jueves, 28 de mayo de 2009

Sesión (fotográfica) masoquista en Laberinto de pasiones

La segunda película de Pedro Almodóvar, Laberinto de pasiones (1982) es una historia coral con el Madrid de la "movida" como telón de fondo. Muy infravalorada, la película es fresca, divertida y absolutamente incorrecta. Y en los tiempos que corren, ver películas "incorrectas" es todo un lujo.

En la escena, Fabio McNamara sufre el ataque de un sádico asesino, armado con un taladro. Es sólo una sesión de fotos y la sangre es de mentira pero da gusto verle retorcerse, gemir y gozar.

martes, 26 de mayo de 2009

Metamorfosis final en Grease

Ya perdí la cuenta de las veces que vi Grease (Randal Kleiser, 1978) , uno de los grandes musicales de los 70, lleno de canciones pegadizas. Las aventuras de Danny (John Travolta) y Sandy (Olivia Newton-John) y las pandillas respectivas, sus líos amorosos, las rivalidades y celos, son un derroche de vitalidad y alegría.

La lectura en clave D/s del final de la película no tiene desperdicio. La pavisosa Sandy, tan virginal y cándida, se transmuta en Dómina. Vestida de negro, pantalón de cuero y taconazos, deja de cantar canciones melosas y desafía a Danny con el You´re the one that I want. Nuevo ritmo, nueva actitud; Danny, que ya la quería, la seguirá ahora como un corderito manso y lleno de fe.

viernes, 22 de mayo de 2009

Alegoría del mal Dominante: Dentro del laberinto

Dentro del laberinto (Jim Henson, 1986) es una maravillosa película que ha marcado a toda una generación. Los que la vimos en su día, en pantalla grande, quedamos tocados para siempre. Sarah, su hermanito raptado por los goblins, el ambiguo rey Jareth ...

La escena pertenece al final de la película. Jareth (David Bowie) es el Amo y Señor del mundo al revés, del mundo donde los deseos, que a veces no son tan acertados, pueden ser realidad. Sarah (Jennifer Connelly) entiende por fin que ha estado a punto de ser esclava de esos deseos. Descubre el poder de su voluntad y madura. Jareth juega sus últimas cartas, se está hundiendo: Sólo témeme, ámame, haz lo que te digo y seré tu esclavo. Pero ha jugado mal y ella ya vuela por su cuenta.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Hombre objeto en El nombre de la rosa

La adaptación de la conocida novela de Umberto Eco fue dirigida por Jean-Jacques Annaud (1986) y es una magnífica recreación del mundo monástico de la Europa del XIV. Asimismo, narra una historia de intriga detectivesca y ha dado al cine un personaje de enorme carisma: Fray Guillermo de Baskerville en la piel de Sean Connery.

La escena es una especie de oasis entre las paredes del monasterio, donde han ocurrido macabros acontecimientos. El joven novicio Adso de Melk (Christian Slater) se encuentra con una muchacha (Valentina Vargas) en las cocinas del monasterio. No se conocen, ella ha entrado a buscar comida porque es pobre y él ha hecho lo mismo porque es un jovenzuelo en edad de crecer.

Un encuentro clandestino en el que él descubre los placeres del cuerpo. Un jovenzuelo en edad de descubrir: asistimos a una silenciosa escena en la que Adso es utilizado por la muchacha, manoseado y revolcado. Un jovencísimo hombre objeto que celebra por primera -y única - vez la reverencia al cuerpo femenino. Tan temible como un ejército dispuesto para el combate.

lunes, 18 de mayo de 2009

Una escena de Ha nacido una estrella

La maravillosa película de George Cukor (1954) es una triste historia de descubrimiento, auge y caída. Una historia que tiene tres versiones, ésta quizás la más celebrada y bella. Un actor famoso descubre las dotes de cantante y actriz de una joven humilde. Se enamoran , se casan, ella triunfa y él empieza a caer en el olvido.

En la escena, aún son felices. Norman Maine (James Mason) llega a casa, suena la radio. Esther, luego la famosa Vicki Lester (Judy Garland) le recibe. Intercambian palabras cariñosas y ella le canta la canción que iba a sonar por la radio. Le canta arrodillada a sus pies. Él llega cansado, ella le serena. La escena es dulce y está llena de amor. Arrodillarse a los pies del hombre amado y cantarle una canción se muestra como el acto más natural y sencillo del mundo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Apología fetish en The Rocky Horror Picture Show

Musical y película de culto, arropada por miles de fans que adoramos sus canciones y su derroche de libertinaje, desinhibición y locura. The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman, 1975) cuenta la llegada de una pareja de jovenzuelos bobos a la mansión del Doctor Frank-N-Further (Tim Curry), que acaba de crear a la criatura perfecta. Revisión del mito de Frankestein, irreverente, disparatada, absurda, llena de inteligencia y humor.

En la escena, el Doctor proclama feliz, su identidad sexual. I´m just a sweet travestite. FromTransexual, Transilvania. Adorado por sus acólitos, reposando en un trono, desafía al público a compartir y gozar del placer carnal, la falta de prejuicios, la diversión de sexo -cuanto más bizarro, mejor- y la absoluta falta de moderación.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Modelar a la mujer sumisa en My Fair Lady

My Fair Lady (George Cukor, 1964) es un maravilloso musical que adapta libremente el mito de Pigmalion. Un mito muy significativo para los que vivimos la D/s. Aquí, Pigmalion es el excéntrico profesor Higgins (Rex Harrison), un linguista convencido de las diferencias de clase y del valor de una buena dicción; y Galatea es Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), una florista de clase baja e infame acento cockney.

Eliza es el resultado de una apuesta. Pero también es la mujer que un hombre sabio modela, el resultado de un proceso minucioso de limpieza y pulido. En la escena, Eliza baja las escaleras preparada para el baile de la Embajada. De ella han desaparecido los modales ordinarios y ahora es una princesa. Sabe esperar, sabe bajar la mirada, sabe comportarse con exquisitez. Y Él la mira con orgullo.

lunes, 4 de mayo de 2009

Algunas escenas de La puta del rey

La puta del rey (Axel Corti, 1992) es una película de época, con cuidada ambientación y reparto de buenos actores, aunque no muy conocidos. Ambientada en el siglo XVIII, narra cómo el rey de Sicilia y Cerdeña (Timothy Dalton) se encapricha de la esposa de su chambelán.

En las escenas, Jeanne (Valeria Golino) conoce al Rey y logra atraer su atención. Es el punto de partida para una peculiar relación de cesión: el marido de Jeanne, el Conde de Verua (Stephane Freiss), a cambio de ascender a embajador, cede a la mujer al monarca, para que sea su puta. Un planteamiento crudo para una película que, en su desarrollo, plantea una historia romántica de amores imposibles.

miércoles, 29 de abril de 2009

Escena de Martín (Hache)

La magnífica Martín (Hache) (Adolfo Aristarain, 1997) es un intenso muestrario de pasiones, comportamientos desnudos, deseos, conversaciones hasta el alba para descubrir la propia intimidad. Miedo a amar, miedo a no amar. Una película honesta y sabia con formidable reparto.

En la escena, Hache (Juan Diego Botto), Alicia (Cecilia Roth) y Dante (Eusebio Poncela) están en la hora ligera del amanecer. Han pasado la noche en vela, han intimado, están resacosos. Alicia acaba de terminar con Martín (Federico Luppi) y se van de Almería. Se confiesa una mujer libre. Dante advierte a Hache: Ninguna mujer tiene dueño.

Ninguna mujer tiene dueño, aunque entre nosotras no lo parezca. Es la voluntad de someterse la que existe, pero nuestra identidad, nuestra esencia como mujeres no pertenece a nadie. Es asi como lo siento y así es cómo tiene, para mi, valor la D/s.

martes, 28 de abril de 2009

Fiesta sorpresa en Clerks 2

En Clerks 2 (Kevin Smith, 2006) se recuperan los personajes de la primera película varios años después. Esa era la idea, manteniendo el mismo tono gamberro y especialmente, la glorificación de la amistad, esos buenos colegas que lo dan todo por uno.

Como por ejemplo, una inolvidable fiesta de despedida a Dante (Brian O´Halloran), que se marcha a Florida a casarse. Su colega del alma Randal (Jeff Anderson) ha contratado un show porno que promete emociones muy fuertes. Realmente imolvidable, realmente fuerte para todos.

jueves, 23 de abril de 2009

Entrega en Morena clara

La copla es una fuente maravillosa de letras de entrega, entrega abismal y absoluta. Ésta es una de mis preferidas, en una de las más bellas películas del cine español de los 50: Morena Clara (Luis Lucía, 1954).

Una comedia donde brilla, como siempre hizo, Lola Flores y donde otro grande, Fernando Fernán Gómez, compone uno de esos personajes zangolotinos que fueron su especialidad en sus primeros años como actor. Comedia de amores y brujería muy blanca, sin pizca de D/s pero...

En la siguiente escena Trinidad (Lola Flores) declara su amor por el poderoso don Enrique. Ella es de clase inferior, gitana y con antecedentes de ladrona (de jamones). Lo tiene muy mal, lo tiene todo perdido. En una fiesta de payos ricos, ella le canta a su hombre. Y dice cosas como ésta:

Llévame por calles de hiel y amargura,
ponme ligauras y hasta escúpeme
y échame en los ojos un puñao de arena,
mátame de pena, pero quiéreme


miércoles, 22 de abril de 2009

El sumiso encuentra su redención en El apartamento

La gran película de Billy Wilder, El apartamento (1960), es una obra maestra de diálogos y personajes. Dotada de un cáustico sentido del humor, los protagonistas son maravillosos antihéroes solitarios, llenos de dudas y mezquinas aspiraciones. Y a la vez, grandes personas dulces, sensibles, llenas de bondad.

El oficinista C.C. Buxter (Jack Lemmon) es un hombre sumiso al poder: presta su apartamento a los jefes con el objetivo de ascender en la empresa. A pesar de la ternura que despierta -especialmente por su amor por la ascensorista Fran (Shirley MacLaine)- el oficinista se nos muestra como un tipo patético, un pelagatos.

La grandeza del la película -y del personaje- se haya en su rebelión hacia el jefe déspota. Deja de ser el oficinista complaciente y le hace un gran corte de mangas. La grandeza de personaje se haya, igualmente, en lo que ocurre en la escena final. Me gustaría imaginarla como una redención: el descubrimiento de la verdadera sumisión, que no es pelotear al poder. Es dejar que Otra baraje las cartas.

lunes, 20 de abril de 2009

Petronio y Eunice, en Quo Vadis

La superproducción Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951) está considerada como una de las películas cumbre del cine de romanos, una colosal producción basada en la novela de Henryk Sienkiewicz, con la persecución cristiana en los tiempos de Nerón como trasfondo.

Con notables intérpretes, entre los que destaca Peter Ustinov en el papel de Nerón, la película se centra en los amores entre el general Marco Vinicio (Robert Taylor) y la cristiana Ligia (Deborah Kerr). La trama, además, cuenta con historias secundarias entre las que destaca la jugosa historia de Petronio y Eunice. El "árbitro de la elegancia", amigo de Nerón, y su fiel esclava.

En la siguiente escena (a partir del min. 4,44), Petronio (Leo Genn) ha convocado a sus fieles amigos para una cena. Estamos en el momento más cruel de las persecuciones a los cristianos y Petronio ya ha decidido su final. Consciente de que Nerón es un asesino, y sabiendo que no hay posibilidad de redención, Petronio se suicida ante sus compañeros. Su esclava Eunice, sin que nadie pueda impedirlo, se corta las venas a su lado.

El final de la esclava, que acompaña voluntariamente a su Dueño por amor, me pareció siempre sublime. La escena -tanto en la novela como en la película- se recoge de manera digna y suavemente romántica. Petronio muere elegantemente y sobre todo, ennoblecido. Su esclava, a su lado, no le desmerece.

sábado, 18 de abril de 2009

Lucha de poder en El cartero siempre llama dos veces

La primera versión de la novela de James M. Cain fue dirigida por Tay Garnett en 1946. En ella, los personajes centrales son John Garfield como Frank y Lana Turner en el papel de Cora. La historia es una obra maestra del género negro: un tipo que vagabundea en los años de la Gran Depresión encuentra trabajo en una gasolinera. Allí seduce -¿o es seducido?- por la esposa del dueño, una mujer aburrida con ganas de salir de aquel tugurio.

Casi al principio de la película sucede la siguiente escena, un ejemplo de que en el cine a menudo lo simple contiene la mayor de las genialidades. Un pintalabios rueda por el suelo del café, llega a los pies de Frank, aparecen las sandalias de Cora... Se miran y se tantean, él o ella, uno de los dos tiene que ceder.

jueves, 16 de abril de 2009

El 24/7 de Morticia y Gómez

La familia Addams era una serie de televisión de la primera época dorada de las series USA. Fue llevada al cine por Barry Sonnenfeld en 1991. Cuenta además con dos secuelas, de 1993 y 1998. Las aventuras de una familia llena de valores y bondad pero de espíritu macabro y estética gótica no forman parte de los grandes anales de la Historia de Cine, pero, qué demonios, entretienen y cuentan con momentos memorables.

Morticia (Angelica Huston) y Gómez (el gran Raúl Juliá) son dulces y sensuales. Dos sabios hedonistas que se aman con locura y disfrutan de una relación sadomasoquista llena de sentido del humor. Morticia atada a una cruz de San Andrés, Morticia pidiendo tortura y dolor a su amado Gómez, ambos bailando un tango arrebatado... en una película llena de valores familiares. Imprescindible (excepto gafapastas)

miércoles, 15 de abril de 2009

Una escena de Hechizo de luna

Hechizo de luna (Moonstruck, Norman Jewison, 1987) fue una película con gran tirón en la década de los ochenta, lanzó al éxito a Nicolas Cage y es una de las más conocidas de Cher. Narra una historia de italoamericanos tradicionales y de muy mamma mía, amantes de la ópera y de la buena mesa. Una viuda a punto de de casarse otra vez, que entabla una apasionada relación con su futuro cuñado. Y la luna como influencia del vértigo y la locura amorosa.

En la escena, Loretta (Cher) visita a su cuñado Ronnie (Nicolas Cage). Casi acaban de conocerse y ella le reprocha su actitud, él lleva años deprimido -entre otras cosas, por su mano mutilada- y ella le dice las cosas claras. Que se deje de memeces y viva. Casi al final de la escena, Ronnie siente el arrebato de tomarla en brazos y llevársela a la cama. El tipo reprimido y deprimido saca al Macho Alfa que lleva dentro:

-Son of a bitch!!!
-Where are you taking me?
-To the bed.